El entorno actual exige al área de auditoría interna a operar con mayor eficacia y promover cambios direccionados a modelos productivos con alta capacidad de transformación. Vivimos en un contexto donde el mercado demanda soluciones a corto plazo y que generen impactos positivos significativos dentro de una organización. En este aspecto, entrevistamos a Antonio Brítez quien explicó sobre las ventajas en la implementación de la Metodología Ágil en la profesión de la auditoría.
La metodología ágil o “Agile” tiene utilidad mucho más allá que una para el desarrollo de proyectos que precisan de rapidez y flexibilidad, es una filosofía que supone una forma distinta de trabajar y de organizarse, en la cual se divide cada proyecto en pequeñas partes para definir etapas a completarse y entregarse en períodos cortos de tiempo.
Para Antonio, al utilizar la metodología ágil los auditores entregan valor al auditado en general. El ambiente de trabajo es colaborativo, y permite que el auditor interno sea un aliado estratégico importante para las organizaciones. Resaltó que el principal desafío para implementar un modelo con metodología ágil es el miedo al cambio. “Salir de la zona de confort del auditor puede ser peligroso ya que requiere una nueva actitud ante esta metodología que no es rígida y permite trabajar flexiblemente, no en pos de los objetivos de la auditoría sino en generar valor, tanto para los auditados, como la organización en un todo”, dijo Antonio Brítez.
Consultado sobre cómo desarrollar una metodología ágil efectiva y medir el proceso de trabajo, explicó que el método se focaliza en entregar valor durante todas las fases de la auditoría, no solo al final. Indicó que se debe involucrar al auditado como parte del proyecto para una mayor interacción y no como usuarios de los reportes. Esta metodología permite trabajar en constantes reuniones de feedback y no esperar hasta el último día para darse cuenta de que las expectativas de ambas partes no logran el valor de todo lo trabajado.
En línea a los expuesto, cabe señalar que los riesgos empresariales son dinámicos, de esta forma, la oportuna identificación de riesgos, trabajando en equipo con los auditados, permite un enfoque flexible pero intenso sobre los riesgos y sus consecuencias para las organizaciones.
Respecto al impacto dentro del talento humano, señaló que principalmente existen equipos motivados y orientados a trabajar con constantes reuniones de retroalimentación y poder modificar lo que sea necesario en un tiempo adecuado. “Una auditoría tiene sus principios, pero eso no quita que la flexibilidad en el proceso quede atrás”, aseveró Brítez.
Afirmó que es una metodología probada y no necesariamente de organizaciones complejas. El rol del auditor interno sumado a una nueva forma de trabajo acorde a los tiempos actuales permite a la función de auditoría interna estar actualizada y al corriente de los negocios.
Sin lugar a duda, la metodología ágil mejora la calidad laboral ya que minimiza los errores en los entregables, genera conciencia en el equipo de trabajo, minimiza los tiempos para la toma de decisiones del directorio y aumenta la productividad de acuerdo con las prioridades de la empresa.
Los equipos que han adoptado esta metodología son capaces de focalizar los trabajos en lo que realmente impacta a la empresa y sus clientes, maximizan la producción en ciclos cortos, crean un proceso continuo de labores de mejoras, incrementan la transparencia dentro de la cultura organizacional, entre otras transformaciones que permiten mejorar la labor de cada profesional y de la empresa en su conjunto.